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El obispo secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan José Asenjo, calificó de «chocante» la sentencia de la Audiencia de Sevilla que concede a un travestido la tutela de la hija de su compañero fallecido, y afirmó que «no ayuda» al papel que desempeña la familia en la sociedad.

Asenjo recordó que la Iglesia siempre ha defendido la necesidad de la presencia del padre y de la madre para la formación y equilibrio sicológico del menor.

La menor, de 11 años, vivía desde la edad de un año con su padre viudo y con la pareja de éste, Alfredo Jiménez, un travestido conocido como Eva. Los jueces de la Audiencia provincial de Sevilla señalaron que la menor consideraba a Eva como a su madre. Constataron asimismo que antes de fallecer, en 1997, su padre indicó en su testamento que quería que Eva obtuviera la tutela de su hija.

Según la sentencia, la niña «no ha conocido ni tenido como madre a otra persona que la referida» y rechazar a EVa por su condición de travesti «atenta directamente» contra la Constitución.

La pequeña, su padre y Eva formaban «un núcleo familiar ideal», estimaron los jueces, que anularon un llamado en primera instancia que confiaba la guarda de la niña a sus abuelos maternos.