Los usuarios españoles de telefonía móvil gastaron una media de
65.000 pesetas anuales en 1998, lo que reportó a las operadoras
unos ingresos totales de 640.000 millones de pesetas, un 39 por
ciento más que el año anterior, según el informe anual de la
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.
Sin embargo, el informe revela que el gasto medio de los
clientes de telefonía móvil a través de fórmulas prepago fue un
51'3 por ciento inferior que el de los clientes postpago. Así, los
usuarios de tarjetas prepago gastaron una media de 37.000 pesetas
anuales en 1998, frente a las 76.000 pesetas de los usuarios
postpago.
Esto demuestra, según la CMT, que las fórmulas prepago
incrementan más el número de usuarios que el tráfico telefónico en
minutos y la facturación de las operadoras, al no existir ingresos
por cuotas de alta ni cuotas de abono mensuales, «a la inversa de
lo que ocurre con las fórmulas postpago que incrementan más la
facturación». El sistema prepago consiste en adquirir tarjetas que,
una vez consumidas, deben recargarse. Algunas entidades bancarias
permiten la posibilidad de recargar las tarjetas desde los cajeros
autonómicos.
Así, el aumento de la facturación el pasado año fue menor que el
del número de clientes, que aumentó un 59'3 por ciento alcanzando
los 6'5 millones de usuarios. La CMT achaca esta diferencia al que
gran parte de los nuevos usuarios de telefonía móvil en 1998 se
acogieron a fórmulas prepago, con lo que el número de clientes de
tarjetas prepago a finales de 1998 ascendía a 2'3 millones, es
decir, más de un tercio de total.
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