La espía británica más importante reclutada por los servicios
secretos de la ex Unión Soviética, Melita Norwood, aseguró ayer que
no tiene remordimientos por haber traicionado a su país durante
cuarenta años. Tras revelarse ayer la existencia de esta ex espía,
Norwood, de 87 años, se enfrentó a los medios de comunicación en su
casa de Bexleyheath, en el sur de Inglaterra, para leer un breve
comunicado en el que afirmó, con voz firme, que decidió ayudar a la
KGB porque compartía la ideología comunista de los soviéticos.
«Hice lo que hice, no por dinero, sino para ayudar a impedir la
derrota de un nuevo sistema que tenía un gran coste, dar a la gente
alimentos y transporte, y darle educación y salud», dijo. Las
labores de espionaje de Norwood, conocida por la KGB como «Hola»,
fueron reveladas ayer por el periódico «The Times». La ex agente
vive tranquilamente en su casa de Bexleyheath con el pleno
conocimiento del Gobierno británico, que de momento no parece
dispuesta a procesarla debido a su avanzada edad. La noticia de la
existencia de «Hola» causó una gran sorpresa en este país, que ayer
comparaba las labores de esta anciana con las de los «cinco de
Cambridge»: Kim Philby, Anthony Blunt, Guy Burgess, Donald MacLean
y John Cairncross.
Los cinco, graduados de la Universidad de Cambridge, alcanzaron
fama mundial tras conocerse que pasaron información secreta a los
servicios soviéticos durante la guerra fría. Norwood, que aún vive
en la misma casa que compró pocos años después de comenzar su
carrera de espionaje en 1937 cuando tenía 25 años, ayudó a acelerar
el desarrollo de armas nucleares soviéticas inmediatamente después
de la II Guerra Mundial (1939-45).
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