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El nacimiento ayer en Barcelona del primer hijo de la infanta Cristina y segundo nieto de los Reyes ha colmado de felicidad a la Familia Real y a los familiares del padre, Iñaki Urdangarín, que han recibido innumerables felicitaciones.

Hasta la barcelonesa clínica Tecknon llegaron multitud de mensajeros con telegramas como los del presidente del Gobierno o los ayuntamientos de Palma y de Vitoria.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, envió unas flores a la infanta y una misiva en la que le transmite su enhorabuena, felicitación a la que se sumaron otros miembros del Ejecutivo, como el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, o la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, aprovechó una comparecencia ante la prensa para sumarse públicamente a los deseos de que «sean felices los padres y el niño».

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha manifestado que el nacimiento de este niño ayudará a estrechar los vínculos de la Casa Real con Cataluña y «a una mejor comprensión de nuestra realidad y nuestros problemas».

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, expresó también el agradecimiento del Consistorio por la decisión de la infanta y de su marido de elegir la Ciudad Condal para el nacimiento de su primer hijo. Por otro lado, Pasqual Maragall, candidato del PSC a la Generalitat y ex alcalde de Barcelona, afirmó: «El hijo de la infanta es nuestro».