Miles de vecinos de la localidad Tokaimura hicieron ayer fila para
someterse a pruebas de detección de radiaciones, mientras que el
Gobierno levantó del todo el cerco a la planta en la que hace tres
días ocurrió el mayor accidente nuclear de Japón. La luz verde para
eliminar la orden de acordonamiento de la zona, evacuación y
confinamiento dada a los residentes que vivían en un radio de 350
metros de la planta se tomó después de que expertos de la Comisión
de Seguridad Nuclear estudiaran las últimas muestras en el terreno.
El ministro portavoz del Gabinete, Hiromu Nonaka, dijo que la
zona era segura y que los niveles de radiación eran los normales,
por lo que los 150 habitantes evacuados podían regresar a sus
casas. Nonaka también aseguró que podían consumirse con seguridad
los productos agrícolas y los pesqueros de la zona.
El jueves se midieron niveles de radiación 16.000 veces
superiores a lo habitual en el exterior del edificio, cuando se
produjo un error humano en las operaciones de transformación del
carburante nuclear, origen del accidente. A media tarde del viernes
se eliminó la prohibición de salir a la calle a los 310.000
habitantes que vivían en un radio de 10 kilómetros, pero los
vecinos que han vivido de cerca el accidente nuclear más grave del
Japón están intranquilos al conocer que alcanzó el grado 4 en la
escala internacional de 7 puntos máximos.
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