El máximo tribunal del estado de Florida aceptó estudiar el recurso
presentado por Peter Raben, abogado de Martínez, que alegaba que su
defendido tuvo en 1997, en Tampa, un juicio lleno de
irregularidades y una defensa deficiente. Martínez, de 27 años, fue
condenado a morir en la silla eléctrica por el asesinato, en 1995,
del traficante de drogas Douglas Lawson y la compañera de este
último, la bailarina Sherrie McCoy.
El joven, hijo de un español y una ecuatoriana, siempre ha
insistido en su inocencia y en el juicio nunca se presentaron
pruebas físicas contra él, sólo un vídeo incriminatorio que le
grabó en secreto su ex esposa, Sloane Millian.
Como ya lo anticipó en un documento de casi 100 páginas, la
Fiscalía de Tampa, en el suroeste de Florida, se opondrá a un nuevo
juicio y reafirmará su creencia de que aunque se celebrara
«volvería a ser condenado a muerte». Pero mucho ha cambiado desde
1997. En España se ha creado una gran campaña de solidaridad, y
desde el Senado español hasta el Parlamento Europeo han pedido que
se haga justicia. Incluso el Papa ha pedido clemencia.
El Movimiento contra la Intolerancia presentó ayer una campaña
de movilización permanente para pedir que se anule la pena de
muerte a Joaquín José Martínez.
El presidente de la organización, Esteban Ibarra, justificó la
campaña no sólo para evitar la ejecución, sino también para
conseguir un nuevo juicio en el que se le garantice a Joaquín José
Martínez el derecho a probar su inocencia.
La campaña incluye concentraciones ante la embajada de EE UU en
Madrid, ante el consulado en Barcelona y ante los ayuntamientos de
San Sebastián, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Valladolid, Gijón,
Badajoz y Jerez.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.