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El futuro presidente de Estados Unidos tendrá que colaborar con el sector privado y los gobiernos de otros países para que el comercio por internet sea seguro y fiable, según un experto. En Estados Unidos esta semana se reavivó el debate acerca de cuán segura y fiable es la red de internet para las bibliotecas públicas donde los niños tienen un acceso creciente a la pornografía, la violencia e ideas políticas extremistas. Según Michael Armstrong, presidente y ejecutivo principal de la empresa de telecomunicaciones ATT, «la próxima generación del comercio electrónico pasará de la competencia en precios a la competencia en calidad y servicios». El comercio por internet tuvo un crecimiento explosivo en los últimos dos años, pero aún así durante la reciente temporada de consumo en diciembre de 1999, las ventas por internet representaron menos del 3 por ciento de todas las ventas en EEUU. El atractivo mayor del comercio por internet, hasta ahora, ha sido la competencia de precios: los proveedores tienen menos gastos fijos que las empresas establecidas con fábricas, oficinas y tiendas, y las ventas por internet, por ahora, no pagan impuestos. El gobierno del presidente Bill Clinton y el Congreso se han puesto de acuerdo en una moratoria a la aplicación de impuestos de ventas a las transacciones por internet, pero el asunto es motivo de un encendido debate en el país. Armstrong hizo sus sugerencias como parte de un proyecto del Instituto de Política para Internet, del cual forman parte expertos como Robert Kahn y el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich. Según el presidente de ATT, internet no anuncia «el fin del comercio con tiendas de ladrillo y concreto, pero sí fuerza a que las tiendas mejoren».