La pobreza en España, al igual que en el resto del mundo, se ceba en la mujer.

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Las conclusiones del informe elaborado por Cáritas suponen que el 20'2 por ciento de los hogares encabezados por una mujer se sitúan por debajo del umbral de pobreza o lo que es lo mismo, cuentan con unos ingresos inferiores al 50 por ciento del salario medio interprofesional. En estos hogares viven alrededor de 1.288.501 personas, lo que supone el 15 por ciento del total de la población pobre.

Estas son algunas de las conclusiones más destacadas de este informe sociológico dirigido por las sociólogas Isabel Madruga Torremocha (del Instituto Juan March de Estudios e Investigaciones) y Rosalía Mota López (profesora colaboradora de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid). Está última se encargó ayer de presentar el informe de Cáritas ante los medios informativos y afirmó que el actual sistema del mercado laboral y de prestaciones sociales se configura como una de las principales causas de la feminización de la pobreza. Mota López indicó también que el 96 por ciento de las mujeres pobres que son cabeza y sustentadoras de la familia viven sin compañero, es decir, son viudas, solteras, separadas o divorciadas.

El colectivo más numeroso de estas cabezas de familia de hogares pobres está conformado por la viudas, con un 62 por ciento, aunque y paralelamente destaca el dato que confirma que las mujeres más jóvenes o de edad media viven situaciones de pobreza más graves que las de edad más avanzada.

De tal modo que alrededor del 42 por ciento de los hogares en pobreza grave o pobreza extrema, encabezados por una mujer, lo son por mujeres con edades comprendidas entre los 35 y los 44 años, La existencia de cargas familiares (mayores o menores a su cargo) y la incidencia del desempleo o el trabajo no regularizado y precario agravan la carencia de los recursos económicos de estas mujeres, que en una gran mayoría estás separadas o divorciadas. Además y según explicó Rosalía Mota, los hogares pobres encabezados por una mujer viven fundamentalmente (un 55 por ciento) en Andalucía, Comunidad Valenciana, Catalunya, Galicia y Madrid.