El Pontífice, con aspecto cansado, dio ayer su mensaje pascual en la plaza de San Pedro.

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JUAN LARA - VATICANO El Papa pidió ayer una paz justa y duradera para el tercer milenio, hizo votos para que se ponga fin a las guerras en Africa, a las luchas armadas en algunos países de América Latina y a las continuas tensiones que afligen a Oriente Medio y algunas zonas de Europa y Asia. En su mensaje pascual, transmitido en directo por televisión a más de 60 países de todo el mundo desde la plaza de San Pedro del Vaticano, Juan Pablo II volvió a condenar el racismo y la xenofobia, pidió respeto para la vida humana e hizo votos en favor de un mundo más justo y solidario.

Ante unas 200.000 personas, que abarrotaron la plaza de San Pedro y la adyacente Via della Conciliazione para asistir en una mañana primaveral a la solemne misa de la Resurrección y con el fondo de la monumental fechada de la basílica, el Pontífice leyó su mensaje pascual para este Año Jubilar, en el que por fin pudo cumplir su deseo -como subrayó- de visitar Tierra Santa y arrodillarse ante la losa que indica el lugar donde fue sepultado Jesús.

«Hoy nos detenemos una vez más ante el sepulcro vacío. Cristo ha resucitado y la vida ha triunfado sobre la muerte», proclamó el anciano pontífice, que presentaba un buen aspecto físico, teniendo en cuenta las agotadoras ceremonias de estas días que ha presidido. Juan Pablo II añadió que Jesús resucitado muestra el sendero por el que hay que caminar para lograr un mundo más justo y solidario, «donde el ciego egoísmo de pocos no prevalezca sobre el grito de dolor de muchos, reduciendo a pueblos enteros a condiciones de miserias degradantes».