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EUROPA PRESS - KIEV Catorce años después del accidente más grave registrado nunca en una central nuclear, ocurrido el 26 de abril de 1986 en la localidad ucraniana de Chernobil, el cierre de la central situada en esta ciudad, previsto inicialmente para finales del año 2000, es aún incierto a pesar de la urgencia. Las negociaciones entre Occidente y las autoridades de Kiev sobre el cierre de esta instalación se ha convertido en un diálogo de sordos, ya que mientras el primero pide una fecha límite para la clausura de la central, las segundas insisten en que se les entregue una serie de compensaciones financieras. En el momento de su explosión, el cuarto reactor de Chernobil lanzó a la atmósfera elementos radiactivos equivalentes a 500 veces la bomba lanzada en Hiroshima en 1945. Según las cifras no oficiales, el accidente habría causado 15.000 muertos. Kiev se comprometió en 1995 ante el Grupo de los Siete países más industrializados a desmantelar Chernobil antes del fin del año 2000 a cambio de una ayuda de 400.000 millones de pesetas. La mayor parte de estos fondos deben servir para culminar la construcción de dos reactores en las centrales de Rivne y Jmelnitsky (al oeste de Ucrania) para sustituir la electricidad suministrada hasta ahora por Chernobil. Pero este acuerdo chocó con la resistencia de varios países europeos, entre ellos Alemania, que dudan si se debe subvencionar al sector atómico ucraniano.