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EFE - HUESCA Un vertido tóxico de cloruro férrico en el cauce del río Cinca a su paso por la localidad de Monzón, procedente de la empresa Químicas del Cinca, ha provocado alarma en los pueblos ubicados en la ribera del río, que han quedado sin suministro de agua para consumo.

Fuentes del Ejecutivo autónomo explicaron ayer que aunque los primeros análisis no han detectado afecciones significativas al medio ambiente, las pruebas continuarán a lo largo de las próximas horas para verificar los posibles daños.

Estas fuentes añadieron que aunque el cloruro férrico carece de afecciones de carácter grave para la salud humana, advirtieron que la sustancia puede producir picores, escozores y otros daños menores.

Las poblaciones de Chalamera, Ballobar, Velilla de Cinca, Torrente y Fraga permanecen con el suministro de agua para consumo cortado en prevención de posibles afecciones para la salud. El vertido ha provocado indignación entre los vecinos de Ballobar, población que se abastece directamente de los caudales del río Cinca, aguas abajo del polígono industrial de Monzón, para el consumo de agua de boca. El vertido se produjo el viernes a consecuencia de la rotura de un depósito que contenía treinta y dos metros cúbicos del producto químico vertido. A pesar de que la industria química dispone de una balsa de control para depurar residuos y evitar fugas al exterior, el cloruro férrico se extendió con rapidez en dirección a la cuenca del río hasta alcanzar sus aguas.