Las autoridades españolas rechazaron el año pasado a un total de
960.000 inmigrantes ilegales en sus fronteras y detuvieron a 50.000
extranjeros que vivían ilegalmente en el país, según se desprende
del Informe Anual de 1999 sobre la Inmigración Ilegal en la Unión
Europea, al que tuvo acceso esta agencia.
Según este estudio, realizado por un grupo de trabajo del
Consejo de la Unión Europea que ofrece cifras aproximadas, España
es uno de los países con mayor cantidad de intercepciones en
frontera. Aunque no se conocen los datos de todos los Estados
miembros, destaca que un país como Francia devolvió a sus países de
origen en 1999 sólo a 47.000 personas.
En cambio, contabilizando las solicitudes de asilo, España es
uno de los Estados con menor número, puesto que registra 9.000
peticiones frente a las 100.000 de Alemania o las 70.000 de Reino
Unido. España, que ocupa un puesto bajo en la mayoría de los
marcadores de inmigración, tiene sólo el 2 por ciento de las
peticiones de asilo de la Unión Europea.
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