Interior de una de las viviendas quemadas por un grupo de vecinos.

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EFE - ALACANT Los hechos, en los que no se lamentaron desgracias personales, se produjeron pasada la medianoche del martes al término de una manifestación de protesta por la muerte el pasado sábado de un joven por arma blanca en el barrio Cruz de Galindo La Peaña, situado a un kilómetro y medio del casco urbano de Almoradí y en donde viven entre 60 y 70 ciudadanos gitanos, dedicados en su mayoría a trabajos de desguace.

Además de incendiar dos casas, una de ellas de los familiares del supuesto autor del crimen, el grupo de vecinos exaltados ocasionó desperfectos materiales en ocho viviendas más, sobre todo en sus cristales, y destrozó cuatro vehículos aparcados, algunos de los cuales fueron volcados en la calle. Antes de la manifestación y en previsión de posibles incidentes, la Guardia Civil desalojó varias viviendas del barrio, cuyos inquilinos optaron por pernoctar en el campo ante el temor a sufrir agresiones, mientras que durante los incidentes algunos manifestantes y un grupo de residentes magrebíes del barrio se lanzaron piedras.

Según el subdelegado del Gobierno en Alicante, Luis Garrido, las personas que protagonizaron los sucesos han sido identificadas por la Guardia Civil, aunque hasta ahora no se han realizado detenciones. Garrido, quien afirmó que la «situación está controlada», consideró los incidentes como una reacción ciudadana exaltada ante la muerte de un vecino de Almoradí «en un lugar donde habitualmente se vende droga», mientras que el alcalde, José Angel Hurtado, dijo, tras la reunión de la comisión municipal de Seguridad Ciudadana, que se trata de «un hecho puntual, que no hay que sacar del contexto».Almoradí vivió ayer una jornada de calma tensa, con numerosos agentes de la Guardia Civil y de las policías Nacional y Local patrullando las calles, ya que se han intensificado las medidas para evitar nuevos enfrentamientos.