El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cree que
todavía no es «conveniente utilizar como potable» el agua del río
Tajo, tras el vertido de fuel-oil procedente de la central térmica
de Aceca. Ante las acusaciones de Ecologistas en Acción, el
presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, José Antonio
Llanos, negó haber ordenado un aumento del caudal para cubrir, y
añadió que aun se desconoce si la muerte de los peces fue por
efecto del vertido «o porque les tocaba».
El CSIC cree, en contra de lo que manifestó la Confederación
Hidrográfica del Tajo, que el agua del Tajo todavía «no conviene
utilizarla como potable», ya que el hidrocarburo no es soluble en
el agua y la corriente puede haber arrastrado una pequeña parte. El
CSIC mantiene que los daños causados por el vertido se van a
limitar a «la zona que esté en contacto con el agua» y al olor que
tendrá el agua durante cierto tiempo, aseguró que el vertido no ha
sido intencionado, sino que se ha debido a «una serie de errores
que se producen en cualquier actividad».
En cuanto al daño sufrido por la flora y la fauna tras el
vertido, la Confederación y los ecologistas también mantienen
posturas contrarias. Según la versión ecologista, 16 especies han
aparecido muertas o afectadas por el vertido y se espera que a
largo plazo continúen las muertes de animales. Sin embargo, desde
la Confederación se aseguró que sólo han aparecido «dos o tres»
aves muertas.
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