El ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales Manuel Pimentel dijo
ayer que «la reforma de la Ley de Extranjería es prematura», aunque
la respeta, al tiempo que rechazó la expulsión de miles de
inmigrantes y opinó que las competencias de inmigración deben estar
en Presidencia, no en Interior. Pimentel declaró que espera y desea
un consenso porque la inmigración es un asunto de Estado.
«Sería un disparate echar ahora a 50.000 si los vamos a
necesitar el año que viene», y por tanto, opinó, es necesario una
política sin prisas, al tiempo que se repitió que «la reforma es
precipitada, aunque no me corresponde a mi». También dijo que «hay
que asumir que si crecemos económicamente vamos a necesitar
inmigrantes y lo que hay que hacer es asumir que vengan los que
hagan falta». «Sí, soy un poco crítico -matizó- con una persona de
la talla de Enrique Fernández Miranda, delegado del Gobierno para
la Inmigración, para mí una absoluta garantía de persona ecuánime y
que lo está haciendo muy bien; pero el único problema es que,
aunque creo que tendrá solución a medio plazo, se le ha vinculado
al Ministerio de Interior».
En su opinión, la política de inmigración tiene componentes de
Interior, pero también sociales, laborales o de demografía y por
eso «lo lógico hubiera sido vincular esta competencia a
Presidencia, es decir darle mucho nivel y un enfoque global» e
insistió en que «esto debe corregirse, es un papelón coger a 50.000
inmigrantes echarles».
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