Para paliar el fuerte calor reinante y evitar lipotimias y otros
males, los bomberos del Vaticano regaron ayer con grandes mangueras
a las decenas de miles de jóvenes que hicieron colas interminables
en la plaza de San Pedro para atravesar la «Puerta Santa» de la
basílica vaticana.
Con gritos de alegrías y «danzas de la lluvia» acogieron los
jóvenes, procedentes de 160 países, el agua que les arrojaron los
bomberos, y muchos de esos muchachos regresaron de nuevo a la plaza
tras cruzar la Puerta Santa y haber rezado ante la tumba del
apóstol para poder refrescarse de nuevo. Según el Vaticano, pasaron
20.000 jóvenes a la hora, lo que supone que desde ayer ya han
atravesado la Puerta más de 600.000 personas. Muchos lo hicieron de
rodillas y todos se santiguaron, a la vez que tocaban la puerta.
Ante la avalancha de jóvenes, que ha superado las previsiones, el
Vaticano abrió ayer las otras puertas de entrada a la basílica.
Los bomberos no fueron los únicos que regaron a los jóvenes.
También lo hicieron en puntos neurálgicos de los recorridos
jubilares de Roma los «voluntarios del Jubileo», muchachos que
ayudan a los peregrinos que vienen a la Ciudad Eterna. Los
voluntarios usaron bombonas de 15 litros de agua con la que
pulverizaron a los muchachos. Todo era poco para bajar las
temperaturas, que se espera aumenten el fin de semana, cuando se
encuentren ya en Roma al menos un millón y medio de jóvenes para
reunirse con el Papa en la ciudad del Vaticano.
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