El último zar de Rusia, Nicolás II, y su familia, ejecutados por
los bolcheviques en 1918, fueron canonizados ayer domingo en el
templo de Cristo Salvador, en Moscú. Antes de celebrar una misa
solemne transmitida en directo por la televisión estatal RTR, el
patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Alexis II, anunció la
canonización del zar Nicolás II (1868-1918), de su esposa
Alejandra, de sus cuatro hijas Olga, Tatiana, María y Anastasia y
de su hijo Alexis, ejecutados por los bolcheviques.
Además de la familia imperial, 1.147 «otros mártires», entre
ellos un millar de creyentes que sufrieron bajo el régimen
comunista en el siglo XX y 57 mártires de épocas anteriores, fueron
igualmente canonizados ayer domingo. La decisión de canonizar a la
familia imperial había sido tomada tras duras discusiones en el
seno de la Iglesia ortodoxa, el 14 de agosto, por unanimidad por el
Concilio de la Iglesia rusa.
La gran duquesa María Vladímirovna, jefa de la casa imperial de
Rusia, su madre Leonida Gueórguievna y su hijo Gueorgui llegaron
especialmente de París para asistir ayer a la ceremonia como
testigos de la canonización. Para tomar en consideración las
objeciones de los numerosos detractores de Nicolás II, la Iglesia
insistió más en las condiciones de su muerte que en los años de su
impopular régimen para decidir su canonización.
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