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El papa Juan Pablo II condenó ayer con contundencia la clonación de embriones humanos, «aunque el objetivo sea bueno», y apostó por el uso de células madre extraídas de organismos adultos como la vía terapéutica que hay que investigar.

Asimismo, se mostró a favor de los trasplantes y la donación de órganos y condenó enérgicamente el comercio de órganos, que consideró «moralmente inaceptable». El Pontífice hizo estas manifestaciones durante su intervención en el 18 Congreso Internacional de la Sociedad de Trasplantes, que se celebra en Roma y al que asisten cinco mil expertos de todo el mundo.

«Hay que evitar esos caminos que no respetan la dignidad y el valor de la persona. Pienso en los proyectos de clonación humana, con el objetivo de obtener órganos para trasplantar. Esos procedimientos, en cuanto implican la manipulación y destrucción de embriones humanos son moralmente inaceptables, ni siquiera aunque el objetivo en sí sea bueno», afirmó el anciano Papa con voz firme y añadió que existen otras vías para intervenciones terapéuticas, «que no comportan ni la clonación ni la toma de células embrionarias, bastando la utilización de células stem extraídas en organismos adultos».