Santuario de Covadonga (Asturias).- Don Felipe presidió hoy los
actos de conmemoración del Centenario de la basílica de Covadonga,
en la misma plaza en la que el 18 de mayo de 1976 fue investido y
proclamado Príncipe de Asturias. Don Felipe, que a su llegada fue
recibido por las principales autoridades civiles y eclesiásticas
del Principado, recordó, en los brindis por el centenario, las
palabras que le dirigió su padre, el Rey, hace veinticinco años, de
que «no olvidase nunca que la Cruz de la Victoria (que figura en la
bandera de Asturias) simboliza el triunfo que todos los españoles
tenemos que conquistar».
El Príncipe añadió que don Juan Carlos había dicho que esa Cruz
significaba «una victoria sobre el egoísmo y la ambición; sobre la
incultura y la ignorancia; sobre la pereza y la disgregación; sobre
la incomprensión y las diferencias negativas. Una victoria que es
preciso conseguir y consolidar cada día». Explicó también don
Felipe que «Covadonga es seguramente una de nuestras más bellas
metáforas colectivas» y que expresa «simbólicamente la fusión de la
memoria colectiva de España con el anhelo de un futuro progreso
solidario de todos los que en esta tierra desean vivir y trabajar
en paz y libertad». Don Felipe llegó poco después del mediodía a la
plaza de la Basílica de Nuestra Señora de Covadonga, donde los
cientos de personas que acudieron a celebrar el Centenario le
aclamaron y le saludaron entusiasmadas, manifestaciones que fueron
correspondidas por el Príncipe. Presidió los actos religiosos el
cardenal primado de Toledo, Francisco Alvarez Martínez, quien
afirmó que el Real Sitio de Covadonga es «el corazón de Asturias
que «ampara a toda la nación española».
La misa, que se celebró en la plaza de la basílica para dar
cabida a los asistentes, fue concelebrada por el Nuncio del Papa en
España, Arzobispo Manuel Monteiro, el arzobispo de Oviedo, Gabino
Díaz Merchán, y por otros diez arzobispos y obispos, además de 120
sacerdotes. El presidente del Principado, Vicente Alvarez Areces;
la presidenta de la Junta General del Principado, María Jesús
Alvarez; y la delegada del Gobierno en Asturias, Mercedes
Fernández, asistieron también a la celebración junto a otras
autoridades de la región. En su homilía, el cardenal primado de
Toledo recordó que durante la visita real de 1976 el Rey leyó la
disposición real en la que se especifica que cuando al Heredero de
la Corona le llegue la hora de reinar «le corresponderá el nombre
de Felipe VI, siendo el XXXI Príncipe de Asturias». «Realmente,
esta basílica de Covadonga es el corazón de Asturias, y su alma la
Santa Cueva con la Santina, que ampara a toda la nación española»,
agregó el cardenal.
El Nuncio Apostólico en España leyó un mensaje de Juan Pablo II
en el que exhorta «a hacer del templo, la Santa Cueva y demás
lugares significativos de este histórico lugar, un centro de
espiritualidad y evangelización cada vez más dinámico». Tras el
acto religioso y la visita al Museo, que se inauguró el pasado mes
de junio, el arzobispo de Oviedo entregó al Príncipe la medalla
conmemorativa del Centenario de la consagración de la Basílica de
Covadonga. Don Felipe tuvo unas palabras para Díaz Merchán al que
«agradeció sus sacrificios y desvelos de estos años», cuando está
cerca el fin de sus labores pastorales como arzobispo.
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