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Los conocidos elefantes «asesinos» de Vietnam, que en los últimos años provocaron la muerte de veinte personas entre otras tragedias, serán trasladados a una reserva natural, para garantizar la supervivencia de la especie.

El Gobierno de Vietnam está empeñado en salvar a su mermada población de paquidermos, que es cada vez más reducida. El próximo mes de noviembre, personal vietnamita ayudado de otros expertos, transportarán a unos ocho elefantes desde la costera provincia de Binh Thuan, donde los vecinos siguen atemorizados por su presencia, a la menos poblada de Dac Lac, en el centro del país y fronteriza con Camboya.

El plan, cuyo coste estimado es de unos 275.000 dólares y que implicará a un centenar de personas, comenzará con la búsqueda de los elefantes y su posterior neutralización con tranquilizantes. Después serán trasladados en camiones a su nuevo hogar en la reserva natural de Yak Don, a unos 300 kilómetros al norte de Binh Thuan. Inicialmente el plan iba a ejecutarse en septiembre pero se pospuso por el mal estado de las carreteras tras las intensas lluvias que acompañaron a la estación monzónica. Las autoridades han decidido sin embargo que la situación no puede demorarse más tiempo si que quiere evitar que el país se convierta en un «cementerio de elefantes». «El Gobierno ha decidido que la evacuación habrá acabado a finales de este año», declaró Hoang Cong Tuan, subdirector del departamento forestal central.

Durante los últimos cuatro años, la presencia de una manada de elefantes «asesinos» ha causado el pánico entre los vecinos de Binh Thuan que para sobrevivir tuvieron que alterar sus tranquilos hábitos de vida. Así, algunos cavaron zanjas en las que ocultarse en caso de problemas mientras que otros muchos optaron por pasar las noches encaramados en los árboles ante la incertidumbre de alguna furiosa incursión de los paquidermos. Los animales se volvieron más agresivos a partir de 1998, con la llegada de miles de colonos vietnamitas que emigraron a la provincia huyendo de las congestionadas «tierras bajas».