Enrique Múgica, Defensor del Pueblo, muestra su preocupación por el tema.

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Los abogados de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), mantuvieron ayer contacto con tres afectados que estudian presentar una demanda contra el citado médico por su presunta responsabilidad en los daños que sufrieron en operaciones de pecho, pómulos y nariz. El otro caso es el de María del Carmen Cerreduela Pisa, que ya había presentado una demanda contra Serderowicz por las «secuelas» sufridas en una intervención de cirugía estética de nariz hace más de diez años y que sigue a la espera de una resolución judicial.

Estos casos se suman a los de la paciente fallecida el pasado viernes tras someterse a una liposucción, intervención para reducir la obesidad, y el de una joven modelo, que reclama una indemnización por los daños producidos en un nervio de la cara en el transcurso de una intervención de modelado de pómulos. Este último caso, apunta Avinesa, se encuentra actualmente en la Audiencia Provincial de Madrid tras haber recurrido la clínica.

El Colegio de Médicos de Madrid, que el pasado lunes abrió una investigación sobre Gerardo Senderowicz, podría separar del ejercicio de la profesión a ese doctor, que ya tiene otra investigación pendiente. Se da la circunstancia de que el Colegio abrió otra investigación a Senderowicz en 1997, a raíz de la denuncia de una paciente descontenta con el resultado de la intervención.

A pesar de que el denunciado llegó a un acuerdo privado con la demandante, la Comisión Deontológica decidió que se había cometido una falta contra el Código Etico y pasó el caso a la anterior Junta Directiva, que designó a un instructor independiente que aún no ha emitido su dictamen. La misma portavoz señaló que al Colegio no le constaba que Senderowicz hubiera sido denunciado por otra paciente en 1991, cuyo caso está pendiente de sentencia por la vía civil, y por otra más en 1999, una demanda que está en trámite de apelación en la Audiencia Provincial de Madrid.

Senderowicz obtuvo su título en 1990 en la Universidad de Buenos Aires, según la Sociedad Española de Cirugía Cosmética, a la que pertenece desde julio de 2000, pero hasta 1995, la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad y Consumo no le concedió el derecho a ejercer «como médico de medicina general». El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, reclamó de las administraciones públicas una mayor «vigilancia y control» sobre la legalidad de las clínicas de cirugía estética.