El Obispado considera que el sacerdote se ha situado fuera de la
disciplina de la Iglesia «al abandonar bruscamente su servicio
parroquial y mantener, con publicidad y propaganda, la ruptura de
su compromiso celibatario». A pesar de que Mantero sostiene que su
teléfono móvil siempre ha estado abierto a todo el que le quisiera
llamar, Noguer Carmona ha tomado esta medida sin entrevistarse con
él asegurando que no ha podido localizarle.
El obispo anunció su decisión en un comunicado, en el que
asegura que la situación, que califica de «suma gravedad y de
escándalo para los fieles», le «obliga, no sin hondo pesar» a
retirar a Mantero todas las licencias ministeriales y subraya que
«por mucho que lo fomente la cultura dominante, ni la ética, ni
menos en la Iglesia, vale todo». El cura de Valverde del Camino no
ha abandonado los medios de comunicación desde que confesó su
homosexualidad y en todo momento se ha mostrado orgulloso tanto de
su orientación sexual como del hecho de abandonar el celibato bajo
el argumento de que «ante todo somos personas».
Después de seis días desde que Mantero realizara las polémicas
declaraciones, la máxima autoridad eclesial manifiesta que «ha
llegado el momento de decir mi palabra de pastor sobre las
manifestaciones de José Mantero acerca de su condición de
homosexual y su inobservancia del celibato en término de alarde y
de escándalo tanto para la comunidad cristiana como para la
sociedad en general». «Antes de pronunciarme sobre esto, he
intentando inútilmente durante varios días celebrar una entrevista
con José con la afectuosa naturalidad de siempre para poder obrar
mejor a mi parecer en la búsqueda de la verdad y con caridad
fraterna».
En este punto, el obispo subraya que los hechos son «tan
manifiestos y comprobados "por confesión de parte" que reclaman por
sí mismos la aplicación responsable, prudente y caritativa de las
medidas establecidas por la legislación de La Iglesia para casos
como el presente». En último término, Noguer concluye con la
indicación de que «esto no quita para que la Iglesia procure con
toda la verdad seguir siendo madre y maestra de todos, de modo que,
en este y en cualquier caso, los que yerran o se alejan de ella
encuentran siempre sus brazos abiertos al reencuentro y al
perdón».
De otra parte, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea Escolano,
ha afirmado que la castidad es algo muy natural y debe vivirse
tanto dentro como fuera del matrimonio, y ha calificado de
«chantaje y amenaza» que se diga que hay muchos obispos
homosexuales que practican el sexo. En relación con el caso del
sacerdote de Valverde del Camino, José Mantero, el prelado ha
matizado que el problema no radica en la orientación sexual del
cura, sino que está en la práctica del sexo, y ha añadido que
«tampoco se puede ser un cura heterosexual y practicante del
sexo».
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