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El papa Juan Pablo II no será operado de la artrosis que padece en su rodilla derecha, según un comunicado oficial con el que el Vaticano trató de zanjar ayer las hipótesis sobre una inminente intervención quirúrgica. De forma rotunda, el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, negó una eventual operación del Pontífice, con la que se había especulado en los últimos días, y ni siquiera admitió que tal posibilidad hubiera sido valorada por sus médicos habituales.

«El Papa no debe ser operado y no se ha tomado nunca en consideración la eventualidad de una intervención quirúrgica», dijo Navarro en una declaración difundida por el Vaticano. Desde hace dos meses, Juan Pablo II sufre una dolorosa artrosis en la rodilla derecha, que le ha obligado a modificar sus actividades habituales y a participar con un gesto de sufrimiento en los actos rituales de la reciente Semana Santa.