Zapatero presentó el proyecto alternativo a la Ley de Calidad de la Enseñanza.

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El PSOE propuso ayer establecer permisos temporales o reducciones de jornada para las familias con hijos que tengan dificultades en el aprendizaje, dentro de su proyecto alternativo a la Ley de Calidad de la Enseñanza presentado por su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. Tras la reunión de la Ejecutiva socialista, Zapatero, junto con la secretaria de Educación, Carme Chacón, presentó el documento «Educar ciudadanos: Una tarea de todos», que pide la aprobación de una ley de financiación extraordinaria y que el gasto público crezca hasta alcanzar la media de la UE, es decir el 5'12 por ciento del PIB frente al 4'44% actual.

Zapatero reclamó el esfuerzo no sólo de los alumnos, sino de padres, profesores, medios de comunicación y en definitiva de toda la sociedad «para trabajar en una misma dirección: educar para hacer buenos ciudadanos», aunque subrayó que las familias «tienen un papel determinante». Reflexionó sobre el actual modelo social, en el que la mayoría de los trabajadores no tienen tiempo para dedicarse a sus hijos y a sus mayores, motivo por el que propuso medidas con la misma filosofía que la del Plan de Familia socialista.

Los permisos o reducción de jornada para los padres cuyos hijos, por determinación del centro escolar, tengan dificultades de aprendizaje podrán ser disfrutados tanto en familias monoparentales como en las que trabajen ambos integrantes de la pareja. En ambos casos, y «sin la pérdida de derechos de los trabajadores o de las empresas», puntualizó Chacón, tanto los beneficiarios como las personas que los sustituyan gozarán de bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social. Para el líder socialista «España debe aspirar a tener un alto porcentaje», entre el 70 y 80%, de titulados en Bachillerato y un 40% en educación superior, y censuró al Gobierno porque «se rinde ante el fracaso escolar, y sólo busca certificar a los niños con problemas».

Los socialistas presentaron una alternativa a la Ley de Calidad que sustituye a la reválida por una prueba muy semejante a la actual Selectividad. El sistema presentado por Zapatero eliminaría la obligatoriedad de una prueba estatal para obtener el título de Bachillerato, que se lograría con los exámenes ordinarios de cada centro, y dejaría la temida prueba oficial para quienes deseen acceder a estudios superiores. Además, reduciría a 15 el número de alumnos por aula y ampliaría las asignaturas optativas.