Rick Gómez, llorando, contó que sufrió abusos por parte de un misionero salesiano.

TW
0
EFE-MIAMI En la serie de demandas que se han originado recientemente contra la Iglesia católica de Estados Unidos, ésta es la primera vez que se menciona al Vaticano. El letrado Jeff Anderson, quien ha presentado cientos de demandas contra curas católicos, inició ayer dos nuevas acciones judiciales simultáneamente, una en el condado de Pinellas, en la costa oeste de Florida, y otra en un tribunal federal de la ciudad de Portland, en el estado de Oregon. En el caso de Pinellas, Rick Gómez, de 28 años y que vive actualmente en California, afirmó que fue objeto de abuso por un misionero salesiano que le daba clases cuando cursaba el séptimo grado en Mary Help of Christians School, una escuela en Tampa.

En la demanda presentada por su caso se menciona al Vaticano, al obispo de la Diócesis de St. Peterburg y a la Orden Salesiana, a la que pertenecía el religioso acusado de abuso. También se pide una compensación económica de más de 15.000 dólares, según informó Anderson, quien precisó que el supuesto abuso fue cometido en 1987 y denunciado ante la policía de Tampa dos años después. El acusador en el caso de Portland, cuyo nombre no fue revelado, presentó la demanda contra un sacerdote que ya murió y que presuntamente abusó de niños en Irlanda y luego se trasladó a Estados Unidos. Según los documentos consignados ante el tribunal, el reverendo Andrew Ronan abusó de la presunta víctima entre 1965 y 1966, cuando ésta tenía 15 años.

Los abusos se produjeron en varios lugares de Portland, entre ellos, en un monasterio. La demanda fue presentada contra el Vaticano, la Archidiócesis de Portland y la Orden de los Frailes Siervos de María, y busca unas compensaciones económicas por daños estipuladas por más de 75.000 dólares. Según los expertos, establecer una relación entre la conducta de los sacerdotes y sus diócesis con el Vaticano y el papa Juan Pablo II es una acción legal inusitada. Bob Sherman, abogado del bufete Greenberg Traurig de Boston, dijo que «es un gran salto en el océano, en forma figurada y literal, alegar que el propio Pontífice tuvo un papel directo en la protección de los sacerdotes pedófilos.

Decir que el Papa tuvo complicidad es el tipo de extralimitación que podría afectar otros reclamos». El papa Juan Pablo II dijo en su mensaje pascual que «como sacerdotes, estamos personal y profundamente afligidos por los pecados de algunos de nuestros hermanos que han traicionado la gracia del sacerdocio».