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Los científicos de la NASA tienen nuevos motivos para sostener que pudo haber vida en Marte. En algunas imágenes obtenidas en 1997 por la sonda Pathfinder en la superficie marciana han detectado aparentes rastros de clorofila. Y si hubo clorofila, tuvo que haber vida. La clorofila es la sustancia usada por las plantas y otros organismos de la Tierra para absorber energía procedente de la luz del sol. Los investigadores precisan que su estudio se encuentra en fase preliminar, por lo que es pronto para sacar conclusiones definitivas. Aún así la investigación ya ha conseguido atraer la atención de la comunidad científica en pleno, que, por los detalles que se pueden revelar, no se perderá una conferencia de astrobiología que se celebrará la próxima semana en Estados Unidos.