Georges Bush y Colin Powell consideran negativa la creación del tribunal penal internacional.

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AGENCIAS-WASHINGTON El Gobierno estadounidense renunciará oficialmente a cualquier firma de un tratado que instaure una corte penal internacional (CPI) y se dispone a denunciar el documento ya firmado por la Administración Clinton. La decisión americana, que debe ser anunciada hoy lunes, significa que EE UU no reconocerá la jurisdicción de la institución judicial y no se someterá a sus mandatos. «Estimamos que es un error haber firmado el tratado. Hemos precisado que no vamos a someter el texto al Senado para su ratificación», declaró un responsable de la Administración Bush a la cabecera.

La CPI se hizo realidad el pasado 11 de abril en la sede de la ONU en Nueva York, cuando se superó la barrera de 60 países que habían ratificado el Estatuto de Roma. La corte, en los términos de este Estatuto elaborado durante una conferencia internacional organizada en julio de 1998 en Roma y firmada por 139 países, iniciará su existencia oficial el 1 de julio. Instalada en La Haya, independiente de las Naciones Unidas, es el primer tribunal internacional permanente en condiciones de juzgar a las personas acusadas de crímenes como genocidios, crímenes contra la humanidad o de guerra.

El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, confirmó ayer que Estados Unidos se retirará del tratado orientado a la creación de un tribunal penal internacional. «En el próximo día, Estados Unidos notificará al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, que no lo ratificaremos, que nosotros no tenemos la intención de ratificar el tratado del tribunal penal internacional», dijo Powell en el programa de televisión «This Week» de la cadena ABC.