El economista estadounidense, Jeffrey Sachs, asesor del secretario
general de la ONU, Kofi Annan, denunció ayer que Estados Unidos es
el país desarrollado que menos ayuda concede a la lucha contra el
hambre, a la que destina un 0'1% de su PIB.
Sachs, que explicó en Roma el «Programa contra el Hambre» de la
Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), recordó que en la Conferencia de Monterrey el presidente de
EE UU, George W. Bush, anunció su intención de aumentar sus ayudas
hasta al 0'15%. «Aun así, EE UU seguiría siendo el país que menos
dinero pone en la batalla contra el hambre», dijo Sachs, que reveló
que la UE ha mejorado su contribución en los últimos años al pasar
del 0'33 al 0'39% del PIB.
El asesor de Annan explicó el plan de la FAO para recaudar los
24.000 millones de dólares que se necesitan anualmente para
compensar el retraso en el objetivo de reducir a la mitad los 800
millones de hambrientos en el 2015, acordado en 1996.
Los países en vías de desarrollo instaron a las naciones ricas a
que combatan la lacra del hambre en el mundo con los mismos medios
y la misma voluntad política que emplean en la lucha internacional
contra el terrorismo.
Este llamamiento a tratar el hambre como un peligroso enemigo
que amenaza a toda la Humanidad se repitió en la maratoniana sesión
de intervenciones de la II Cumbre sobre la Alimentación, organizada
por la FAO.
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