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Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales y heredero al trono, a sus 54 años ha decidido concretar personalmente sus deberes, responsabilidades y áreas de influencia, que nunca han sido oficialmente definidas, según reveló ayer «The Sunday Times».

Esta carta real incluirá la descripción del trabajo que desempeña el príncipe y constituye, según fuentes oficiales, la más significativa de entre una serie de medidas que se elaborarán en lo que queda de año, para mejorar, entre otras cosas, la contabilidad en el Palacio de Saint James, residencia de Carlos de Inglaterra.

Cuando funcionarios de la Casa Real terminen de redactar el documento el próximo otoño, no será remitido a ninguna autoridad política para su aprobación.

Será un resumen de la interpretación que hace Carlos de Inglaterra acerca de sus propios derechos y deberes, después de 33 años como príncipe de Gales.

Según el diario, el heredero al trono podría usar esta carta en su defensa cuando se le acuse de interferir en cuestiones políticas.

Fue éste el caso cuando, el año pasado, el primer ministro británico, Tony Blair, recibió una carta en la que el príncipe apoyaba una queja dirigida contra el Gobierno acusándolo de tratar a los granjeros peor que a las minorías étnicas.

Las fuentes oficiales consultadas por «The Sunday Times» señalan que este texto defenderá el derecho del heredero tratar de lograr la adhesión de ministros del Gobierno.