La correspondiente solicitud de los familiares, publicada ayer
por el semanario «Nóvaya Gazeta», argumenta que los 23
supervivientes iniciales de la explosión del torpedo que destruyó
el submarino y que se refugiaron en el compartimiento de popa
vivieron al menos dos días más de lo que constató la comisión
investigadora.
Los familiares y su abogado, Borís Kuznetsov, presentaron además
una demanda contra los expertos oficiales, Víctor Kalkutin y
Serguéi Kozlov, que será examinada en los tribunales el próximo 30
de septiembre.
Kalkutin se encargó de las investigaciones médicas y Kozlov de
determinar si las señales acústicas de SOS recibidas durante dos
días posteriores al hundimiento procedían del «Kursk», en el que en
el momento del suceso iban 118 marinos. El experto médico llegó a
la conclusión de que la muerte de esos 23 marinos se produjo entre
4,5 y 8 horas después de la explosión.
Kozlov constató que las señales grabadas incluso el 14 de agosto
y que en los materiales figuran como «golpes de metal contra metal
procedentes del casco de un submarino hundido», que podían
demostrar que a bordo del «Kursk» aún había gente con vida,
procedían «de la parte sumergida de un buque de superficie que se
encontraba fuera de la zona del naufragio».
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