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MIGUEL BAS - MOSCÚ
Los familiares de las víctimas del hundimiento del submarino nuclear ruso «Kursk», cuyo tercer aniversario se cumplió ayer, exigen reabrir la investigación y castigar a los «altos responsables de la tragedia».

La correspondiente solicitud de los familiares, publicada ayer por el semanario «Nóvaya Gazeta», argumenta que los 23 supervivientes iniciales de la explosión del torpedo que destruyó el submarino y que se refugiaron en el compartimiento de popa vivieron al menos dos días más de lo que constató la comisión investigadora.

Los familiares y su abogado, Borís Kuznetsov, presentaron además una demanda contra los expertos oficiales, Víctor Kalkutin y Serguéi Kozlov, que será examinada en los tribunales el próximo 30 de septiembre.

Kalkutin se encargó de las investigaciones médicas y Kozlov de determinar si las señales acústicas de SOS recibidas durante dos días posteriores al hundimiento procedían del «Kursk», en el que en el momento del suceso iban 118 marinos. El experto médico llegó a la conclusión de que la muerte de esos 23 marinos se produjo entre 4,5 y 8 horas después de la explosión.

Kozlov constató que las señales grabadas incluso el 14 de agosto y que en los materiales figuran como «golpes de metal contra metal procedentes del casco de un submarino hundido», que podían demostrar que a bordo del «Kursk» aún había gente con vida, procedían «de la parte sumergida de un buque de superficie que se encontraba fuera de la zona del naufragio».