El doctor Frederic Chaussoy, jefe del servicio de reanimación
del centro donde estaba desde hacia tres años el joven tetrapléjico
francés Vincent Humbert, se responsabilizó ayer de su muerte y
afirmó que fue él quien le desconectó la respiración asistida.
«Si uno se pregunta ¿quién mató a Vincent Humbert?. Respondo:
soy yo, no fue la señora Humbert», dijo el doctor.
Chaussoy explicó que el viernes desconectó personalmente la
respiración asistida al joven, de apenas 22 años, en coma profundo
desde que dos días antes su madre, Marie Humbert, le pusiera
barbitúricos en la sonda que le alimentaba, a petición suya.
Esa decisión de desconectarle del respirador artificial, que fue
adoptada de forma colectiva por el equipo médico, fue consecuente
con el deseo de «respetar la voluntad de Vincent, que era lo más
importante, y evitar el ensañamiento terapéutico», señaló el
doctor.
Su mayor «preocupación» era que el joven se volviese a encontrar
en la misma situación que estaba antes: tetrapléjico, mudo y casi
ciego desde que en septiembre de 2000 sufriese un accidente.
«Habríamos podido decir que fue una complicación o una parada
cardiaca. Se hace regularmente y podríamos haber seguido en esta
tradicional hipocresía», pero ahora «valía más decir la verdad»,
según el doctor. Para el abogado de Marie Humbert, esta declaración
da «un giro considerable» a la vertiente judicial de este caso, en
el que la madre del joven puede ser perseguida por asesinato.
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