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EFE-HOLANDA
El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, y gran parte de su gabinete acudieron ayer a la boda del príncipe Friso con Mabel Wisse, a pesar de que el enlace no cuenta con la aprobación del Gobierno.

El príncipe Friso, segundo hijo de la reina Beatriz, se casó ayer con Mabel Wisse Smit en la iglesia vieja de Delft y tras pronunciar el «sí» dejó de gozar de sus derechos dinásticos, a los que renunció para casarse con su novia holandesa. Solamente los miembros de la realeza extranjera «con los que la pareja tiene contactos», acudieron a la ceremonia, a la que no estaban invitados los reyes de España.

El Gobierno, formado por una coalición entre democristianos (CDA) y liberales de derechas (VVD) y demócrata-liberales, decidió vetar el matrimonio del príncipe porque su prometida no ofreció con detalle los contactos mantenidos durante su juventud con Klaas Bruinsma, un presunto traficante de drogas asesinado en 1991.