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El conseller de Cultura, Mateu Martínez, instó ayer al Govern balear a que «clarifique» la situación legal en que se encuentra la Fundació Rubió, tras el nombramiento de Bernat Vidal y de Miquel Vanrell como nuevos presidente y vicepresidente, respectivamente, de la entidad, y el cese de los hijos del mecenas catalán, Mercè y Fernando Rubió.

En declaraciones a Ultima Hora Menorca, Martínez recordó que «corresponde al Govern decidir si el proceso de nombramiento de Bernat Vidal como nuevo presidente es correcto o no».

El conseller aseguró que «si el nuevo presidente de la fundación nos pide una recepción, por supuesto que lo recibiremos, como recibiríamos, de hecho, a todo el mundo. Esto no implica -aclaró- que demos por buena la sustitución de Mercè Rubió, ni tampoco que la desaprobemos».

En otro orden de cosas, el matrimonio Rosselló-López no se opuso, tal como informaba erróneamente este diario en su edición de ayer, al disfrute de Mongofre por parte del presidente del Gobierno y su esposa. En realidad, las discrepancias afloraron durante la reunión de la comisión de cultura celebrada el 30 de mayo de 2001, cuando la presidenta, Mercè Rubió, tuvo conocimiento del acuerdo con la Moncloa para el alquiler de la finca a la familia Aznar.