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Ciutat Jardí es el lugar apropiado para los amantes de la noche tranquila, donde se puede saborear un plato de pescado o cualquier especialidad de marisco o de arroz a la marinera y optar después entre el baile agarrado o el fox en una boîte con genuino sabor retro los fines de semana, al relajado piano bar Portofino con sofás al estilo que predominaba durante los años 70.

La primera línea de mar está ocupada por un chiringuito contiguo a la playa que funciona también por la noche en pleno paseo, especialmente frecuentado a partir de las últimas horas de la tarde cuando el calor empieza a disminuir. Más adelante encontramos dos restaurantes marineros, uno de los cuales ocupa un antiguo chalet ante la misma playa. Su terraza permite la degustación de una amplia variedad de platos marineros, mientras se contempla la espectacular imagen de la ciudad iluminada reflejada en la bahía. Siguiendo el paseo y tras bordear la segunda y pequeña playa, llegamos al pub «El peñón 1957», peculiar construcción en piedra, rodeada por una o dos terrazas exteriores a distinto nivel y una zona interior acristalada, edificada en aquel año sobre un túmulo rocoso que se levanta en medio del mar, comunicado con el litoral mediante una estrecha lengua de arena. Allí se reúnen numerosos jóvenes para escuchar música actual de ritmo pausado que crea un ambiente de marcha suave hasta la madrugada.

En la boîte que lleva el nombre de Ciutat Jardí predomina en cambio un público maduro que los fines de semana se congrega para rememorar los años en que el baile, en sus distintas variantes, sólo se concebía en pareja. Se trata pues de una zona cercana a Palma que posee la peculiaridad escenográfica de encontrarse frente a la bahía en toda su amplitud sin grandes edificios que impidan la contemplación del entorno, inmerso en las luces de la ciudad, circunstancia que invita al paseo tranquilo antes o después de disfrutar de los distintos establecimientos que componen la oferta nocturna. Su carácter de urbanización periférica litoral contrasta con el rutilante Passeig Marítim de Palma o el ambiente turístico de s'Arenal.