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Cuatro torres de refrigeración de la Clínica Delfos de Barcelona, que no estaban declaradas, son el origen más probable del brote de legionella que ha afectado ya a 27 personas en el barrio de Vallcarca, según informó ayer el director de la Agencia de Salud Pública de la ciudad, Joan Guix. A raíz de las muestras de agua recogidas en esas torres de refrigeración, se ha descubierto que estaban contaminadas por la bacteria de la legionelosis «con unos niveles de concentración muy elevados», aunque Guix puntualizó que «científicamente» todavía no se puede establecer una relación causa-efecto entre ese hallazgo y el brote aparecido.

Las torres quedaron desinfectadas de forma preventiva el pasado 7 de agosto, a raíz de las inspecciones llevadas a cabo por el Ajuntament tras la aparición del brote de legionella, por lo que Guix se mostró «convencido de que la posible fuente de la enfermedad está controlada».

Según Guix, el Ayuntamiento de Barcelona ha abierto un expediente sancionador a la Clínica Delfos tras constatar que las torres de refrigeración no habían sido declaradas, aunque está comprobado que se habían llevado a cabo tareas de mantenimiento en dichas instalaciones.

A raíz del expediente, la clínica podría ser sancionada con entre 3.000 y 60.000 euros en concepto de infracción grave por no haber censado las torres de refrigeración (pese a que sí solicitó las licencias de instalación), con lo que eludía las periódicas inspecciones efectuadas por técnicos municipales.