TW
0

EFE-GRAN CANARIA
Las autoridades españolas, junto a las de Sierra Leona y Guinea Conakry, han impedido la llegada a las costas de Canarias de un millar de inmigrantes irregulares que iban a ser transportados desde el primero de esos países en dos barcos, uno capturado antes de zarpar y en otro cuyo flete se abortó.

El empleo de estos barcos se enmarca en una nueva estrategia de tráfico de personas que se prevé sustituirá al hasta ahora más habitual envío de inmigrantes en barcas desde costas marroquíes, según anunció ayer del delegado del Gobierno en Canarias, José Segura. Esta operación es el resultado de más de dos meses de investigaciones conjuntas de agentes de seguridad de Sierra Leona, España y Guinea Conakry, que, según destacó José Segura, han permitido constatar que las organizaciones mafiosas que trafican con personas entre Àfrica y España están optando por una nueva estrategia de sustituir las pateras usadas hasta ahora por barcos mayores. Unos barcos que -destacó- compran cuando son ya «viejos, destinados al desguace y que llevaban años sin prestar servicio». En la operación llevada a cabo en Sierra Leona sólo resultaron detenidos el capitán del buque que estaba listo para zarpar y sus tripulantes, pero no los inmigrantes que iban a viajar en él.