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De esta forma, según publica Caixa Catalunya en su último Informe de Coyuntura Económica, «los hogares españoles se enfrentan a una creciente divergencia entre los ingresos que perciben y el gasto que tienen que asumir para adquirir una vivienda».

La combinación de ambos factores lleva a que, entre 1996 y 2003, la renta salarial familiar neta se incrementase un 34,5%, pasando de los 17.948 euros anuales a los 24.140 euros.

El informe concluye que «el deterioro de la accesibilidad a la vivienda en España reside en la expansión del precio de los inmuebles, compensado sólo parcialmente por el crecimiento del ingreso salarial familiar».

Por el lado de la renta, el estudio constata que entre 1996 y 2003 la capacidad de las familias para hacer frente al gasto en vivienda ha mejorado como resultado del crecimiento del ingreso neto por asalariado, que en este período se incrementó un 23,2%.

Otro factor que eleva la renta de los hogares, aunque en menor medida, es el aumento del número de asalariados por hogar, ratio que en 1996 se situaba en 1,50 y en 2003 se cifraba en 1,64.

Sin embargo, esta favorable dinámica del ingreso salarial familiar se ha visto contrarrestada por el alto precio de la vivienda, que ha acumulado una subida de más del doble -del 106,2 por ciento- en estos siete años.

Es decir, el precio de la vivienda ha crecido el triple que los ingresos familiares y cinco veces más que los salarios en los últimos ocho años.

Esto provoca, según el estudio, un «deterioro de la capacidad de acceso a la vivienda que se pone de manifiesto en la diferencia creciente entre el crecimiento del ingreso neto familiar y el del precio de la vivienda».