Momento en el que se produce el espectacular impacto, que genera una nube de polvo y gas que se mueve a una velocidad de 1.800 kilómetros/hora.

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AGENCIAS-PASADENA
La sonda espacial de la NASA de la misión Deep Impact enviada al espacio para impactar contra el cometa Tempel 1 alcanzó su objetivo en la madrugada de ayer lunes, como parte de una misión que, según los científicos, aportará pistas sobre cómo se formó el sistema solar, hace 4.500 millones de años.

La colisión no alteró significativamente la órbita del cometa alrededor del Sol, y la NASA informó de que el experimento no representa ningún peligro para la Tierra. Una imagen de la nave que liberó la sonda mostró un punto brillante en la parte baja del cometa, donde ocurrió la colisión, que emitió una nube de escombros hacia el espacio. Cuando el polvo se disipe, los científicos esperan analizar el núcleo gélido del cometa, un compuesto de hielo y roca acumulado en el sistema solar temprano.

Es la primera vez que una nave espacial contacta con la superficie de un cometa, lo que ha provocado una espectacular explosión en el espacio. La colisión, a 134 millones de kilómetros de la Tierra, ocurrió poco antes de las ocho de la mañana, según el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, que administra la misión, de 275 millones de euros.

Los científicos rompieron en aplausos y se abrazaron cuando llegaron las noticias sobre el impacto, que supone un hito para la agencia espacial estadounidense, que espera que el experimento responda a varias preguntas básicas sobre el origen del sistema solar.

«Dimos exactamente donde queríamos», indicó el coinvestigador Don Yeomans. Los científicos esperan que el cráter tenga el tamaño de entre una gran casa a un estadio de fútbol y de dos a cuatro plantas de profundidad.

El domingo, la nave Deep Impact liberó con éxito la sonda de impacto, que emprendió su camino hacia el cometa Tempel 1. Tras su liberación, la sonda, movida por baterías, cayó en vuelo libre hacia el cometa y voló de forma autónoma sin ayuda humana durante las dos críticas horas antes de la colisión, accionando sus cohetes de propulsión para conseguir alcanzar el objetivo, el núcleo del cometa.

El impacto directo era un reto, ya que el Laboratorio de Propulsión de la NASA no controlaba la sonda. Durante su recorrido, a medida que se acercaba al cometa, la sonda tomó imágenes del cuerpo helado de forma rápida hasta su colisión. El impacto, cuidadosamente orquestado, emitió una energía equivalente a la explosión de cinco toneladas de dinamita.