La valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos se reforzará de
inmediato, posiblemente hoy, con cuarenta agentes más de la Guardia
Civil -dos módulos de intervención rápida-, y aparatos de visión
infrarroja ante los «graves incidentes» protagonizados por grandes
grupos de inmigrantes subsaharianos que intentan saltar la
verja.
Así lo anunció ayer el secretario de Estado de Seguridad,
Antonio Camacho, durante su comparecencia ante la Comisión de
Interior del Congreso, para informar de la situación de la frontera
de Melilla, protegida con un doble vallado cuyas obras de
recrecimiento hasta los seis metros finalizarán en febrero de
2006.
Camacho presentó los informes de la Guardia Civil sobre los tres
subsaharianos muertos en agosto y septiembre en los alrededores de
la valla y manifestó que, «hasta el momento, no ha podido
establecerse en ningún caso relación alguna entre una actuación de
los agentes y un resultado de muerte».
Como medida complementaria, el Ejecutivo ya trabaja para
agilizar las expulsiones de los inmigrantes subsaharianos que día
tras día saltan la valla de Melilla o bien para apelar a la
solidaridad del resto de comunidades autónomas y trasladar a
algunos de ellos a la Península, dado que la capacidad del Centro
de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la Ciudad Autónoma es
limitada. Así lo comentó ayer la secretaria de Estado de
Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí.
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