Una dependienta coloca huevos en un puesto del mercado de la Boquería, en Barcelona.

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EFE-BRUSELAS/ROMA
La Comisión salió al paso de noticias alarmantes sobre una nota que dará a conocer la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA ó EFSA en inglés), con sede en Parma (Italia) con nuevas recomendaciones sobre cómo deben consumirse los huevos, carne o productos avícolas.

El portavoz comunitario de Sanidad, Philip Tod, explicó que en la actualidad no hay peligro por comer carne cruda y huevos crudos, además de insistir en que la gripe aviar no se ha detectado en la producción de alimentos avícolas que llega a los mercados de la UE.

Sin embargo, la AESA declaró en un comunicado que no tiene prueba alguna de que el consumo de pollo o sus derivados cause la gripe aviar, aunque no excluye esa posibilidad.

Este organismo de científicos mantuvo las recomendaciones de cocinar bien la carne y los huevos, tal y como ya había aconsejado con anterioridad, para evitar enfermedades como la salmonella, consejo que ahora extiende para prevenir «cualquier riesgo potencial».

Tod aclaró que sí que es cierto que los consumidores deben manipular e ingerir huevos crudos con mucho cuidado, porque pueden contagiarse infecciones, pero estos consejos se han dado «desde tiempos inmemoriales» y por instituciones como la Organización Mundial de la Salud.

Por ejemplo, siempre se advierte sobre las precauciones para evitar zoonosis (males que se transmiten del animal al hombre, como la salmonella). «El riesgo cero no existe, siempre hay un riesgo», afirmó Tod, que agregó sin embargo que en la actualidad, en la UE, no hay peligro por el hecho de consumir huevos o carne cruda.

El portavoz recalcó que no hay gripe aviar en la producción avícola que se comercializa en los mercados de los países europeos.

Por un lado, según la CE, no se han detectados brotes de la gripe avícola en la UE y por otro, si así fuera, la legislación europea garantiza que los animales enfermos no van a llegar a la cadena alimentaria, porque hay controles «de la granja a la mesa», lo que se conoce como la trazabilidad.