Don Juan Carlos y doña Sofía comentan a la prensa cómo es su nueva nieta. Foto: BALLESTEROS/EFE

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Leonor, la heredera del heredero, ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono y su nacimiento, tras un parto por cesárea, ha sido unánimemente recibido con alegría dentro y fuera de España. El Gobierno, las principales instituciones del Estado, partidos políticos, todos, sin excepción, las Comunidades Autónomas, organismos y entidades de todo tipo felicitaron ayer a los Príncipes de Asturias y a los Reyes por este nuevo miembro de la Familia Real.

Pero el nacimiento reactivó ayer mismo el debate sobre la reforma de la Constitución para poner fin a la anacrónica e histórica discriminación de la mujer con respecto al hombre en la sucesión al trono de España. Una reforma cuyo calendario no sufrirá alteraciones, según el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Una reforma que todos, hasta el Príncipe, consideran necesaria pero no urgente. «Los tiempos los deben marcar las Cortes Generales», señalaba don Felipe horas después de nacer su primera hija, en su comparecencia ante los medios de comunicación en compañía del doctor Luis Ignacio Recasens, que ha atendido el embarazo y el parto de doña Letizia.

A media mañana los Reyes se acercaron a la Clínica Rúber Internacional para conocer a su séptimo nieto, que la Reina confesó pensaba que iba a ser niño. «He perdido la apuesta», reconocía doña Sofía, que describió a su nieta como «gordita».