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Ha sido niña, ha nacido a las 01.25 horas de ayer, pesa 3,540 kilos, mide 47 centímetros y se encuentra en perfecto estado. Se llama Leonor, es la primogénita de los Príncipes de Asturias y ocupa el segundo puesto en la sucesión al Trono de España, tras su padre, el Heredero de la Corona. La madre, doña Letizia, se encuentra bien después de ser sometida a una cesárea, y ambas descansan en el Hospital Ruber Internacional de Madrid.

En el recinto hospitalario está instalada una carpa en la que se produjo la comparecencia del padre, que comenzó a las 05.55 horas de la madrugada. El príncipe Felipe explicó muy emocionado los detalles del parto, al que asistió a pesar de ser una cesárea, y agradeció a los periodistas su paciencia y que hayan soportado el frío y la lluvia del otoño madrileño. «En fin, esto es lo más bonito que le puede ocurrir a alguien en la vida. Estamos absolutamente felices y radiantes con el nacimiento de nuestra hija Leonor. La princesa está bien, a pesar de ser una cesárea. Es una niña grande, parece que fuerte y quisiera expresar lo que significa para un padre el ver por primera vez la cara de su hijo o hija, y sobre todo la cara de la madre, que estaba perfectamente consciente y al tanto de lo que ocurría. Yo estaba a su lado», fueron las primeras palabras del Príncipe.

Fue el padre, don Felipe de Borbón, acompañado del ginecólogo que atendió a la Princesa, Luis Ignacio Recasens, el encargado de ofrecer estos primeros datos a los periodistas que hacían guardia, bajo la lluvia, a las puertas del centro sanitario en el que ingresó doña Letizia a las 20 horas del domingo tras sentir las contracciones que indicaban la inminencia del parto.

El nacimiento se produjo seis horas después, ya en la madrugada de ayer, el 31 de octubre, y fue mediante cesárea, explicó el doctor, provocada a la 1 hora y 25 minutos de la madrugada, a las 37 semanas de gestación, unas tres semanas antes de la fecha prevista para el alumbramiento.

El Príncipe aseguró que tanto él como doña Letizia esperan poder transmitir a su hija todo lo que ellos han recibido y aprendido en su vida, una educación «que le sirva para afrontar los retos que sin duda serán grandes en su vida». «La Princesa está bien, a pesar de ser una cesárea, las mujeres y madres lo sabréis mejor que nadie. Es una niña grande y parece que fuerte y quisiera expresar lo que significa para un padre ver por primera vez la cara», comentó don Felipe evidentemente emocionado. «En el primer momento de nacer, ni me fijé. Cuando ya habían retirado el bebé, les dije: 'pero bueno, ¿qué ha sido?' y me lo confirmaron», explicó el Príncipe sobre el sexo de su primogénita.