Bajo la mirada atónita de navegantes y turistas, un equipo de
rescate trató ayer de devolver al mar a la ballena que nadó por el
río Támesis arriba hasta el centro de Londres, ante el temor de que
el cetáceo pudiera morir.
El animal, que pertenece a la especie conocida como «cuello de
botella» o «calderón» y puede llegar a medir hasta seis metros de
largo, sorprendió ayer por la mañana a los peatones que paseaban
por los márgenes del Támesis, que no daban crédito al insólito
espectáculo.
El cetáceo, de unas siete toneladas de peso, fue avistado en
varios puntos a lo largo del río.
Así, el animal fue visto desde la Noria del Milenio, la London
Eye, cuyo director de comunicación, Tom Howard-Vyne, indicó atónito
cómo el animal lanzó un gran chorro de agua que se esparció por
todas partes.
Un poco más arriba, los viandantes que cruzaban el Puente de
Londres para entrar en la Torre, o en la zona aún más céntrica del
Parlamento y su conocida torre, el Big Ben, también vieron la
silueta del mamífero. Cientos de personas siguieron las movimientos
del cetáceo, que llegó a quedar varado cerca del puente de Chelsea
y sólo retornó al caudal del río con la ayuda de tres hombres que
agitaron el agua. La ballena llegó a estar a unos pocos metros de
la orilla del Támesis y colisionó contra una embarcación vacía,
impacto que le causó una leve hemorragia.
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