El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) denunció ayer la «resistencia excesiva y muy desproporcionada» de los hosteleros para separar las zonas de fumadores, cuando apenas queda una semana de plazo para que los locales de restauración de más de cien metros cuadrados acometan las obras pertinentes.
Según Solsona, este anuncio llevó a muchos propietarios a optar por no hacer las obras y esperar.
Rodrigo Córdoba, presidente de este comité que agrupa a 42 sociedades médicas y científicas, auguró que para el 1 de septiembre, la mayoría de los bares abrirán sin las obras requeridas.
La Federación Nacional de Hostelería ha solicitado, sin éxito, una moratoria y algunos de sus integrantes confirmaron ayer que serán numerosos los locales de restauración que por diferentes motivos no podrán cumplir con lo que establece la ley del tabaco.
Así, el secretario general de la Federación de Hostelería de Lleida, Ramón Solsona, afirmó que en Catalunya la Consejería de Sanidad dijo en un primer momento que el reglamento para esta comunidad podría ser más restrictivo que la ley general y podría incluir la prohibición de fumar en todos los bares.
Ahora han anunciado que respetarán la ley general, añadió este representante de la hostelería catalana, tras pedir sensibilidad a la administración y unos plazos para estas obras porque hay situaciones «muy complejas y llenas de matices».
A este tipo de situaciones aludió también el vicepresidente de de la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración (AMER), Rafael de Andrés.
De Andrés indicó que la parte de la ley referida a una ventilación adecuada sí se está cumpliendo «con seriedad», y aseguró que en Madrid la mayoría de los locales ya han acometido las obras exigidas.
Unas obras que en muchos casos son complejas porque separar físicamente un local significa el cambio de la estructura, y afecta, entre otras dependencias, a las salidas de emergencias y sistemas de prevención de riesgos.
También indicó que hay muchos bares que dan a patios interiores y que al aumentar la potencia de los sistemas de ventilación se eleva el nivel de decibelios.
Sin embargo, en Sevilla, y según el gerente de la Unión Provincial de Hosteleros de esta capital, José Navarrete, «se cuentan con los dedos de la mano» aquellos locales que sí han hecho las obras de adecuación que exige la ley del tabaco.
Para Navarrete, la ley tiene «lagunas» y muchos hosteleros no hacen obras «por si en un futuro pudiera llegar una directiva europea que prohíba fumar en todos los locales.
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