La bajada en el número de personas que sufren infartos y otras enfermedades cardiovasculares será uno de los primeros indicadores sanitarios de la disminución del consumo de tabaco en España, una tendencia que se acentúa desde el año 2000.
Los últimos datos oficiales de fumadores, según la Encuesta Nacional de Salud del 2003, sitúan las tasas de fumadores en un 31%.
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria calcula que hasta en un 30% las enfermedades cardiovasculares se pueden atribuir de forma directa al consumo de tabaco.
La tendencia a la disminución del consumo de tabacos se constata, según el presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, Rodrigo Córdoba, con encuestas realizadas en Navarra, Catalunya y Valencia, que permiten predecir que la prevalencia de consumo de tabaco en un ámbito nacional está ya en un 26% de la población.
Córdoba, que además de presidir una asociación formada por 42 organizaciones científicos-médicas, ejerce como médico de familia y reconoce que en los últimos meses muchas personas han decidido dejar este hábito, aunque es difícil saber si lo han hecho estimulados por la ley del tabaco, que prohibió desde el 1 de enero de este año fumar en los centros de trabajo.
Los especialistas señalan que el que no se pueda fumar en el trabajo ha servido para que muchos ciudadanos se hayan decidido a dejar los cigarrillos.
El sector de la población que es más reticente a los consejos médicos y a dejar el tabaco es el de los jóvenes, en los que la prevalencia de consumo de tabaco es superior al resto, sobre todo entre las mujeres, que ya fuman en mayor número que los varones en edad adolescente, con un 32% de chicas fumadoras entre 14 a 19 años fuma y sólo un 22% de los chicos.
La franja de edad en la que más personas deciden dejar de fumar se sitúa entre los 35 y los 55 años, según el médico Rodrigo Córdoba, porque cuando los fumadores son jóvenes se siente sanos e inmunes y después de los 55 años la adicción a la nicotina del tabaco es tan grande que es mucho más difícil dejar este hábito. El consumo de tabaco sigue siendo el principal factor de riesgo evitable de enfermedad y mortalidad en los países desarrollados.
En España, el tabaco provoca la muerte de más de 50.000 personas al año a causa de enfermedades relacionadas con esta adicción tan extendida, responsable del fallecimiento cada año de cinco millones de personas en todo el mundo.
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