Steve Sawyer, consejero de políticas climáticas de la organización Greenpeace. Foto: MAYA VIDON/EFE

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EFE-PARÍS
Greenpeace advirtió de que un aumento de la temperatura de la Tierra superior a dos grados haría «incontrolables» las consecuencias del cambio climático, lo que exige detener rápidamente la escalada de emisiones que conducen a un calentamiento superior para finales de siglo. La asociación ecologista lanzó la señal de alarma sobre esa cifra de dos grados en París, donde el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) finaliza de aquí al jueves su informe en el que augura una subida de temperaturas que podría situarse en 3 grados a finales de siglo.

En su anterior informe de 2001, el IPCC había establecido un margen menos preciso, según los diferentes escenarios, con un calentamiento de 1,4 a 5,8 grados a finales de siglo. De acuerdo con las previsiones actuales -filtradas en las últimas semanas-, y teniendo en cuenta que ya en un siglo el alza ha sido de 0,74 grados (en 2001 se daba una cifra de 0,6), es muy poco probable que el calentamiento se sitúe por debajo de 1,5 grados y «no se pueden excluir valores significativamente superiores a 4,5 grados».

El borrador del informe del IPCC que está siendo sometido «línea a línea» a la aprobación de las delegaciones gubernamentales, y que resulta del compendio de los estudios científicos sobre el cambio científico hasta ahora, estima que en el horizonte de 2100 el calentamiento se situará en una horquilla de 2 a 4,5 grados, con un escenario central de 3 grados.

Esos tres grados serían consecuencia de una concentración de 550 partículas de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera por millón, cuando la situación antes de la Revolución Industrial era de unas 170 partículas de CO2 por millón. En la actualidad la concentración se sitúa ya por encima de las 380 partículas de CO2 por millón y se estima que un nivel de 400 partículas entrañaría una subida de dos grados de la temperatura global.