Hoy parece que el brote de fiebre aftosa detectado en el sur de Inglaterra parece muchos menos peligroso una vez ratificado que la cepa infecciosa es idéntica a la que utilizaba el Laboratorio de Salud Animal de Pirbright, cercano a la granja, en el que el Instituto de Salud Animal y la farmacéutica privada Merial Animal Health estudiaban la enfermedad.
«Es una pista prometedora, pero no estamos totalmente seguros», señaló la secretaria del Medio Ambiente, Hilary Benn a la cadena de televisión BBC. El Departamento de Agricultura subrayó que no han habido movimientos de ganado de la granja afectada desde el 10 de julio, lo que alimenta la esperanza de que la enfermedad no se haya esparcido más y no se repita la epidemia de 2001 que obligó a sacrificar entre 6'5 y 10 millones de animales.
Benn indicó que había informes de síntomas de la enfermedad en otras cuatro instalaciones, pero que fueron investigadas y se descubrió que no se trataba de fiebre aftosa.
El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo ayer que espera que pueda contenerse el brote de fiebre aftosa y explicó que ahora los esfuerzos se centran en determinar cómo el virus pudo propagarse desde el laboratorio. «Lo primero, una vez identificada la posible fuente de la infección, es buscar el mecanismo de transmisión», afirmó Brown tras presidir una reunión del gabinete de emergencias del Gobierno (COBRA).
Aunque el Gobierno no ha descartado aún otros posibles orígenes de la infección «estamos investigando intensivamente lo ocurrido en este lugar», indicó Brown, quien anunció un endurecimiento de las medidas de seguridad en el perímetro del lugar del brote.
«Esperamos que con esto logremos controlar y contener» la enfermedad, añadió. El existencia del brote se confirmó ayer en una granja en Wanborough, cerca de Guilford, en Surrey, donde unos 60 animales dieron positivo por fiebre aftosa en los análisis y están siendo sacrificados.
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