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Noticias esperanzadoras para la erradicación de una de las mayores epidemias del siglo XXI: el sida. Investigadores de Estados Unidos y Tailanda han desarrollado una nueva vacuna experimental capaz de reducir en un 32% el riesgo de infección por VIH seis años después de ser administrada. No obstante, los investigadores quisieron advertir que la vacuna es específica para las cepas que en estos momentos circulan en el país asiático.

«La reducción del riesgo de infección de VIH es todavía modesta pero estadísticamente significativa, ya que es la primera evidencia científica desde el descubrimiento del VIH en 1983 de que, tarde o temprano, la vacuna llegará», explicó en un comunicado Michel de Wilde, vicepresidente de Sanofi-Pasteur.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores estudiaron en Tailanda un total de 16.000 voluntarios heterosexuales. Entre ellos, el grupo que recibió la vacuna, bautizada por el momento como 'RV 144', «registró 54 infecciones por VIH frente a las 74 del grupo controlado con placebo» tras seis años de seguimiento, según aseguró el coronel Jerome Kim, del Instituto Armado Walter Reed de Maryland (Estados Unidos).

Más estudios
Tras conocer estos resultados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Onusida, el programa conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/sida, se mostraron optimistas ante la posible creación de una vacuna eficaz. Así, calificaron de «alentadores» los resultados logrados, asegurando que dan «una nueva esperanza» a la lucha contra esta enfermedad. No obstante, insistieron en que son necesarios más estudios para ver si se puede usar en todo el mundo.

Esta nueva vacuna es una combinación de la vacuna contra el melanoma 'Alvac', desarrollada por los laboratorios Sanofi-Pasteur, y de la fallida vacuna contra el sida conocida como 'Aidsvax', elaborada por la farmacéutica estadounidense VaxGen. Esta combinación está dirigida a los subtipos del virus B y E. El primero es el más prevalente en las infecciones por VIH en los países desarrollados, tanto en Europa como en Estados Unidos o Australia. Mientras, el subtipo E es más propio de la zona del sudeste asiático donde se ha probado la vacuna. Ante esta situación, quedaría por conseguir también que la vacuna pueda ir dirigida al subtipo C, uno de los más extendidos.

Además, esta investigación ha estado supervisada y financiada por el Ministerio tailandés de Salud Pública, el Instituto Estadounidense de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) y por el Ejército de Estados Unidos. El resultado de la investigación ha sido totalmente inesperado para los propios investigadores.