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EFE-PEKÍN/BRUSELAS

China, mayor emisor mundial de dióxido de carbono, dio ayer un esperanzador impulso a la lucha contra el cambio climático al anunciar que reducirá entre un 40 y un 45% su intensidad energética en 10 años y que su primer ministro, Wen Jiabao, estará en la cumbre de Copenhague.

En un comunicado del Consejo de Estado (Ejecutivo), China se comprometió ayer a que su intensidad energética-emisión de CO2 por cada unidad de PIB- sea en 2020 un 40-45% menor que en 2005, doblando los esfuerzos del actual Plan Quinquenal (2006-2010), donde se había comprometido a reducirla en un 20%.

El anuncio fue bien recibido por organizaciones ecologistas como WWF o Greenpeace, aunque la segunda reclamó a China «aún más esfuerzos».

La intensidad energética es un concepto algo más vago que una reducción concreta de emisiones, lo que permite al Gobierno chino cierto margen de maniobra (no equivale a una reducción del 45% en las emisiones de dióxido de carbono).

Además, todavía no es seguro que Pekín logre en 2010 la reducción del 20 por ciento prometida, lo que recuerda que estos compromisos, adquiridos voluntariamente por China, no tienen carácter vinculante.

El anuncio de China llega después de un año de negociaciones, especialmente con EEUU, para que el país asiático asuma mayores compromisos en la lucha contra el cambio climático, pese a que, al ser un país en desarrollo, no está obligado a reducir emisiones de acuerdo con el Protocolo de Kioto.

Por su parte, la Unión Europea (UE) reconoció ayer los esfuerzos realizados por Estados Unidos y China, pero dijo que los compromisos planteados pueden resultar «decepcionantes» para algunos. El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, y el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, se mostraron positivos en un comunicado acerca de lo que estas dos nuevas ofertas pueden significar para la próxima cumbre de Copenhague, en la que se espera cerrar un acuerdo internacional para sustituir al Protocolo de Kioto, que expira a finales de 2012.

La UE hizo hincapié en que hay que evitar que la cita de Copenhague sea un fracaso y respetar el objetivo de impedir que la temperatura del planeta se eleve por encima de los dos grados centígrados para que las consecuencias del cambio climático no alcancen niveles peligrosos.