La idea del proyecto fue combinar lo más moderno con elementos tradicionales. Así, se preservó una estética convencional en el casco, pero con una moderna superestructura. Entre los motivos más evocadores de antaño exhibe un romántico mascarón de proa que es la efigie de su esposa, la diseñadora de moda Diane Von Furstemberg, esculpido por la artista Anh Duong.
El Eos es una goleta de tres mástiles con una eslora total de 92 metros con el bauprés o palo de proa, y que alcanza las 1.500 toneladas de desplazamiento. Lo que le otorga el título de velero privado más grande del mundo, en pugna con el célebre Maltese Falcon, ex de Tom Perkins, que mide 88 metros, pero cuyo casco y cubierta son más largos.
Al entrar en servicio en 2006 el Eos asimismo arrebató el título al Athena, entonces el yate de vela más grande. En la altura de los mástiles, que alcanzan 61 metros, se tuvo en cuenta también que pudiera pasar bajo la mayoría de puentes colgantes o fijos, como los de Nueva York, San Francisco o Sidney. Sus estilizadas líneas, con una manga de más de 13 metros, le permiten alcanzar a toda vela los 16 nudos de velocidad. Puede acoger a 16 invitados atendidos por una dotación de 21 tripulantes, en unas instalaciones cuyo confort y dimensiones supera a muchos superyates de motor. A bordo ha tenido como invitados a famosos como la estrella del pop Madonna, durante el Festival de Cine de Cannes de 2008.
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Pero para la fluxa no sirve.